Cada vez es más común encontrar a empresas que deciden internacionalizarse, una práctica que ya no es exclusiva de las grandes compañías, sino que también supone una gran oportunidad para las pymes.  Pero, ¿cómo deberíamos aventurarnos a dar el paso a otros países desde la web?

La tecnología contribuye a eliminar las barreras físicas y, sin embargo, es importante no olvidar que la cultura siempre será clave para lograr el éxito en los países de destino.

 

En realidad, deberíamos tener en cuenta los siguientes cinco consejos para que las diferencias culturales no sean un problema:

  1. Utilizar dominios territoriales en aquellos países donde abramos nuestra tienda online, o al menos, en aquellos donde el mercado sea más relevante. Utilizar el dominio del país en lugar de un .com, .net o un .info ofrece más confianza al receptor, y además, permite posicionar mejor los contenidos en Google.
  2. Dirigirnos al usuario en su propio idioma. Preferiblemente, el contenido debe estar traducido al idioma oficial. Hay herramientas en cloud sencillas y económicas que facilitan la incorporación de distintos idiomas en un site de forma fácil, como sucede en la solución de comercio electrónico Tienda Online. Así lograremos transmitir una mayor cercanía y cuidado en la atención al cliente, más aún, si hacemos un guiño a algún factor cultural, como, por ejemplo, incorporar la bandera del país donde nos encontramos o realizar una promoción localizada con motivo de una festividad nacional importante o un encuentro.
  3. Cuidar los colores, el contenido e incluso el nombre de nuestra empresa en cada uno de los países. Es recomendable que el nombre de la marca vaya asociado al dominio. El cruce de estas variables a veces pueden colisionar, si llegáramos a este punto, incluso deberíamos plantearnos cambiar el logotipo para que responda a los rasgos culturales de cada mercado. Históricamente, se han producido casos de lanzamientos internacionales de grandes marcas en los que no se  prestó atención a la fonética o significado de un nombre en distintos idiomas, dando lugar a curiosas anécdotas.
  4. Derribar las barreras psicológicas del consumidor, cuyo origen se encuentra generalmente en la desconfianza. En nuestra página web podemos incorporar elementos internacionales de seguridad, como los certificados de seguridad SSL, y contenido de diversa naturaleza (técnico, referencias de medios de comunicación…) que genere confianza. También podemos utilizar  las redes sociales para mejorar la atención al cliente y servicios preventa y posventa, ya  que son una buena herramienta para interactuar con el usuario. No obstante, Tendremos que tener en cuenta el idioma y también redes sociales locales que sean más populares importantes de cara a mejorar la visibilidad de nuestro negocio.
  5. Adaptar diversos aspectos de nuestra web a cada mercado, elegir los mecanismos de pago más adecuados y también nuestro producto, si es necesario. Es fundamental conocer la legalidad y normativa del país al que nos dirigimos antes de abrirnos a él, así como los medios de pago más utilizados para limitarnos a ellos y generar una mayor confianza.

En definitiva, al igual que en el mundo offline, el aspecto cultural también es fundamental a la hora de plantearnos vender en el extranjero a través de Internet.